La biometría redefine la seguridad en el sector educativo

María Kazhuro, gerente de desarrollo de negocios LATAM en RecFaces, analiza cómo la tecnología biométrica “abre una nueva era en la seguridad de los centros educativos, con múltiples aplicaciones para mejorar la actividad académica”.

A medida que el mundo conmemora desde hace seis años el Día Internacional de la Educación, este año con el lema de Aprender para una paz duradera, la búsqueda de tecnologías educativas transformadoras adquiere una gran importancia en todos los ámbitos académicos y en la actividad de los centros.

Al analizar el mundo de la biometría, especialmente la tecnología de reconocimiento facial, empezamos a ver no sólo cómo puede influir en el acceso y la seguridad, sino que también descubrimos cómo ha contribuido a garantizar la paz a través del conocimiento y la inclusión.

Hoy en día, esta tecnología se utiliza ampliamente en educación. Sus múltiples aplicaciones transforman la seguridad y conveniencia de los estudiantes y profesores. Los protocolos modernos han reducido incluso los riesgos asociados con el uso de las técnicas biométricas tradicionales.

Las tecnologías biométricas más usadas en las instituciones educativas son el reconocimiento facial y el de huellas dactilares o palma de la mano. Las juntas examinadoras y las instituciones educativas también pueden utilizar sistemas de reconocimiento facial, de voz o iris para confirmar las identidades de las personas que acuden a un examen, por ejemplo. De hecho, se ha demostrado que esto mejora la integridad académica.

Una de las formas más favorables y eficientes de la biometría en la educación es la monitorización de la asistencia al centro educativo. Los administradores pueden identificar problemas de absentismo escolar más fácilmente con esta función automática, que también elimina la molestia de pasar lista antes de la clase.

Verificando a cada persona que intenta ingresar a una universidad o escuela con control de acceso biométrico se mejora significativamente la seguridad, que también se puede utilizar para proteger áreas que están fuera del alcance de los estudiantes.

La biometría puede desempeñar un papel muy importante en el seguimiento de la actividad académica, ya que emplear procedimientos de informes manuales para registrar eventos puede llevar mucho tiempo. Los instructores pueden usar datos biométricos para mantener un diario de actividades y crear informes rápidos según sea necesario.

La precisión y la propiedad no intrusiva del reconocimiento facial lo hace una alternativa mucho más conveniente e higiénica para su uso en una instalación educativa. La escalabilidad, así como su simplicidad de implementación y adaptabilidad hacen que sea una mejor opción para transformar la seguridad y la accesibilidad en este tipo de entornos.

Los sistemas de reconocimiento facial representan un cambio revolucionario en relación con la accesibilidad, la seguridad y la inclusividad dentro de las instituciones académicas, en las que la protección de los estudiantes y el personal es una cuestión común en todo el mundo.

Los sistemas biométricos, incorporados en los puntos de acceso a laboratorios o a dormitorios en las residencias y universidades que ofrecen cursos en remoto, agregan otra capa de seguridad con la autenticación de los estudiantes en línea de manera sencilla y rápida.

En lugar de una fortaleza, un campus seguro habilitado con la tecnología de reconocimiento facial evoluciona para convertirse en un entorno enriquecedor en el que se crea un ambiente de aprendizaje positivo para todos al sentirse protegidos.

Cuando los alumnos, docentes y resto del personal se sienten seguros se crea un ambiente de aprendizaje relajado y tranquilo que fomenta su participación activa, lo que contribuye a un mejor rendimiento académico y de desarrollo personal.

María Kazhuro

Gerente de desarrollo de negocios LATAM en RecFaces

 

 

 

 

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